martes, 11 de junio de 2013

Tulpa (2012) de Federico Zampaglione. Vuelve el giallo a lo grande.


Tulpa es otra de las películas que pude ver en el pasado Festival Internacional de Cine Fantástico de Madrid, Nocturna. Y una de las que más disfrute, y que más ganas tengo de volver a ver ¡Esta me la quedo! A ver si sale en Blueray o Dvd porque me encantaría tenerla ¡o se estrena en cine demonios! pero desgraciadamente, no lo creo. Afortunadamente Nocturna me dio la ocasión de verla proyectada en pantalla grande y la verdad es que disfruté como un enano.


Además presentada por el simpático Federico Zampaglione y la protagonista, su mujer, la impresionante Claudia Gerini. Un tipo que en su discurso de presentación se ganó al público, o al menos a mi, con su desparpajo y gracejo. Declaró sin ningún tipo de problemas que con esta película pretendía recuperar el espíritu del cine italiano de finales de los sesenta y setenta, del giallo, "la locura, la locura" dijo con un marcado acento italiano a la traductora mientras esta hacía su labor, mientras acompañaba esas palabras con un gesto de la mano cerca de la cabeza que me hizo estallar en carcajadas. 

Me cayó genial el tipo. Por  su simpatía y franqueza. Nada de quiero renovar o reinventar, no, no, sin complejos, quiero hacer un giallo "old style" y lo logra, vaya si lo logra. Más que del giallo, que  también, a mi me apasiona el cine de terror italiano de esa época, los setenta. Dario Argento, Margheriti, Sergio Martino, Lucio Fulci... delicioso, es un cine que me apasiona y disfruto como un enano. Así que reconozco que me tenía ganado, pero esa presentación terminó de conquistarme.


El comienzo de la película terminó de formar una amplia sonrisa en mi rostro, hundirme en el asiento y gozar como un enano. Que satisfacción poder ver en pantalla grande un giallo italiano a la antigua pero hecho hoy sin adornos modernos, sin suprimir la violencia, sin cortarse un pelo vamos. Sexo y sangre. Desde el principio.

La secuencia inicial nos muestra una habitación con una bella muchacha tendida boca abajo, inmovilizada y atada por completo, bondage a tope y un tipo engominado de mirada torva y viciosa que fuma indiferente a su sufrimiento. Al poco entra una figura cuyo rostro no vemos, vestida de negro y con guantes del mismo color, que clava un cuchillo en la nuca de el y bajo su mandíbula (vemos su boca abierta y en su interior el puñal atravesándola) ella también muere ¿Alguna duda sobre como va a funcionar esto? ¿No? Perfecto. No hay mejor comienzo para una película que uno que deja claro como va a ser el resto del film, de que trata y lo hace con una imagen impactante y poderosa.


Claudia Gerini interpreta a Lisa Boeri, nuestra protagonista. La alta ejecutiva de una compañía que pasa apuros en bolsa y es la mano derecha del jefe de la compañía. Sin embargo tiene una doble vida. Por la noche acude a un club clandestino en que tiene sexo con hombres y mujeres desconocidos. Sexo sin límites. La única regla es no relacionarse fuera de el.

Mientras lidia en el trabajo con una Empresa que se plantea recortes que pueden afectarla se enterará de que están muriendo de forma violenta una a una, a manos de un asesino en serie, todas las chicas con las que va teniendo sexo en el club. 


A partir de aquí tenemos todos y cada uno de los elementos típicos del giallo, muertes violentas e imaginativas expuestas con todo lujo de detalles (una de los muertes recuerda poderosamente la crueldad de las muertes en películas de Lucio Fulci, tanto visualmente como en el sonido y efectos de maquillaje) falsos sospechosos, colores chillones y finalmente una resolución emocionante con la revelación de la identidad del asesino. 
Este suele ser el personaje que menos espera el espectador, aún arriesgando la credibilidad del relato. Pues las tramas que involucran y que provocan que sean "el villano" de la historia suelen ser tan rebuscadas, anhelando siempre el mayor impacto, que a veces son inverosímiles. Aunque no en este caso, ya que la identidad del asesino sorprende y mucho y no resulta excesivamente inverosímil. Pero vamos que aunque fuera inverosímil eso no afectaría a la calidad del film ni a su disfrute, que por mi parte fue máximo. 

Además, tenemos elementos bizarros como la especie de monje extremamente delgado, de alucinada e hipnótica mirada, con poderes de teleportación, que regenta el local de sexo donde acude la protagonista (y que recuerda poderosamente al celebre Sandro Rey el medium de el teletarot que suelen emitir las cadenas de televisión de madrugada) y la "guardia de seguridad" del local, un amario empotrado, una transexual, de unos dos metros de músculos y mala leche. Maravillosamente bizarro y exótico todo. Añade diversión y excentricidad a una historia que la admite estupendamente.

¡Bravo Federico y no dejes de regalarnos más locura!








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