Llamalé Jess es un muy interesante Documental del año 2000 dedicado al más insigne de los directores de cine Español: Jesús Franco, que como sabréis, falleció el pasado 2 de Abril de 2013 a los 82 años de edad.
Aunque para ser sincero, más que Documental son una serie de entrevistas a Jess Franco, en las que básicamente imparte una lección magistral de Cine, de su visión de lo que es el cine y lo que debería ser el cine y finalmente su futuro, el rumbo que debería seguir.
Y es que amigos es sorprendente que una persona tan mayor sea precisamente la que tenga que venir a avisarnos de que el cine se ha quedado viejo, estancado, encorsetado en viejas fórmulas obsoletas hace décadas. Citando sus palabras "¿Porque el cine tiene que ser como una novelita del siglo XIX?" "El Ballet evoluciona, se moderniza, El Teatro también ¿y la música? ¿acaso no se moderniza, evoluciona y experimenta constantemente? Y en el cine aún estamos con la historia de chico conoce chica, se enamoran, discuten y luego se reconcilian..." Viejas fórmulas gastadas en un lenguaje encorsetado. Y es que el cine de Jesús Franco no será para todos y sin duda no gustará a todos, pero hay que darle la razón en eso. El cine se niega a modernizarse, a avanzar, a evolucionar.
Y es que si de algo puede uno estar seguro si ha visto o leído cualquier entrevista con Jess Franco es que es un hombre sincero, que no se engaña ni con lo que hace, ni con la vida en general. Pero viendo este documental se aprende también, que era de una de las mentes más lúcidas y creativas que pudo tener jamás el cine de nuestro país ¿Y que es lo que pasa siempre en España cuando existe una persona con talento, genio, creatividad y originalidad? Nos reímos de el. Lo arrinconamos y ninguneamos. Es más, a la hora de hablar de el ahora que ha fallecido, prácticamente todo el mundo, en lugar de hablar de que ha trabajo con los grandes maestros como ayudante de dirección y director de la segunda unidad (Orson Welles, Nicholas Ray), que rodó la primera película de la historia del fantaterror español, todo un clásico como Gritos en la Noche (sin contar La Torre de los Siete Jorobados de Edgar Neville que lo es solo hasta cierto punto), que es conocido y reivindicado en todo el mundo (en Francia hay retrospectivas de su cine en los Festivales más importantes), que ha rodado más de 200 películas -no solo eróticas y de terror, como se suele décir entre risas insolentes que esconden una profunda ignorancia y gañanismo (básicamente el caracter del español medio)- sino prácticamente de todos los géneros (aventuras, drama, comedia, acción, catástrofes...) algunas de ellas con estrellas internacionales reconocidas como Klaus Kinsky o Christopher Lee, no, en lugar de eso como digo, se díce que ha muerto "El Rey de la Caspa".
Se citan los títulos más tristemente llamativos de su filmografía (ojo muchos ni siquiera elegidos por el, sino por los distribuidores ávidos de dinero que buscaban atraer a las masas con títulos comerciales) como El Ojete de Lulú, Falo Crest, etc. Triste pero cierto.
Como aficionado al cine de Jess Franco no voy a negar que hay mucha mierda en su filmografía, desde luego. Eso si, lo que no voy a tolerar es que personas que han visto una o ninguna de sus películas, y que conocen su cine de oídas y por comentarios leídos aquí y allá me digan que ha muerto ese director que hacía tantas mierdas con desnudos, hasta ahí podíamos llegar.
Dime que ha muerto un director del que no tenías ni puta ídea porque en tu puta vida has visto una de sus películas chaval, pero no me des lecciones basadas en tu puta estupidez.
Siento el tono, pero es que al final han conseguido cabrearme ¿Que es lo que ocurre para que si muere cualquier otro director español cuya obra no conoce ni dios se informe simplemente del hecho (a veces incluso con falsa reverencia incluso aunque se desconozca por completo su obra) y si muere alguién como Jess Franco tengamos todos el puto permiso de mofarnos y cachondearnos? Jess Franco hará las películas más malas que quiera décir cualquiera pero es un tío que trabajó durante toda su vida en el cine y amaba el cine, rodó hasta el final, murió con las botas puestas ¿Y todos vosotros os atrevéis a cahondearos de el y luego decís que amáis el cine? Iros a la mierda hombre...
Y siento el tono de nuevo, necesitaba desahogarme, fin del despliegue de mala leche.
Creo que parte de todo esto (el descojanarse de alguién porque hizo cine erótico y porno con títulos cachondos) es porque somos un país atrasado, tercermundista y mediocre. Enteraos ya, somos el tercer mundo de Europa. Pero eso no sería malo si no nos creyeramos la repolla cuando somos unos mojigatos, unos reprimidos. Nos hacen creer que estamos liberados y hemos progresado pero nada más lejos de la realidad, seguimos como en tiempos de la dictadura en temas culturales y sexuales. Ese caracter retrógrado y reprimido, perdura aún en pleno Siglo XXI.
En el documental, Jess nos habla de que creó un personaje suyo que interviene en varias películas, basado en ese caracter reprimido y cacique del español medio, esa fogosidad sexual interior que contrasta con una censura a los demás de esa misma sexualidad. Habla con total seguridad de que ese era el Español medio de la época y de que eso ahora ya no es así, que ha cambiado y nos hemos liberado, pues bien, es en lo único que me voy a atrever a contradecir al Maestro, no tito Jess, no hemos cambiado ni un ápice, y las reacciones a tu muerte lo prueban.
En fin, dejaré tanta acritud para decir que el Documental es también muy divertido debido a las muchas y geniales anécdotas que cuenta Jess relacionadas con sus rodajes, los actores con los que ha trabajado, el origen del término caspa... Anécdotas y vivencias realmente memorables en compañía de su musa y mujer, Lina Romay, que además nos hacen ver lo bien que debían pasarlo dedicándose a lo que se dedicaban. Que el que seas mayor no es excusa para no tener un espíritu joven como ellos. Porque se les ve disfrutar realmente de la vida, creativos, rememorando todas estas vivencias pero sin estar anclados en el pasado, serenos, con conciencia coherente de la realidad. Esto sube mucho la moral, porque te hace replantearte muchas cosas, sobre todo con respecto a los tópicos y cosas que se supone que debes hacer.
Y es que lo que más acaba uno admirando de Jess Franco al acabar el documental es ese caracter individualista (que no egoista), esa falta absoluta de dudas a la hora de mandar a la mierda gilipolleces que te hagan ir en contra de tus principios, de no ser fiel a ti mismo.
Como el mismo díce "en un momento dado de mi vida me tuve que plantear si estaba dentro del sistema o fuera, naturalmente elegí estar fuera" " si para tener una producción impresionante, un pedazo casa y un Rolls Royce tengo que dejar en la puerta mis principios, metete por el culo el Rolls Royce y ya ruedo yo como pueda". Y efectivamente toda una vida dedicada al cine outsider, sin ningún tipo de subvención ni financiación, haciendo exactamente lo que le daba la gana, prueba que ha vivido de acuerdo a esto. Es realmente admirable y uno de los motivos por los que me cabrea el trato que se le está dando. Porque sobre su cine se podrá opinar tan bien o mal como se quiera, faltaría más, pero hay que tener respeto como mínimo y después, si se es realmente un amante del cine, investigar e ir más allá de las apariencias, momento en el que uno se da cuenta de que había que escuchar más a este hombre y a hombres como el, en vez de ser tan paletos y bufones.
Un documental de un valor inconmensurable no solo ya como documento sentimental para el aficionado a su cine, sino como verdadera clase magistral de cine, de verdades a cada momento. De visión obligada.